Las últimas lluvias torrenciales, causadas por el fenómeno DANA -pueden llamarlo también gota fría y riada-, han dejado a su paso un rastro de devastación en diversas localidades de la Comunitat Valenciana. Las imágenes de viviendas anegadas, infraestructuras destruidas y, lo que es más doloroso aún, 223 fallecidos, son un recordatorio de la fragilidad que todos compartimos frente a los desastres naturales. Miles de familias que han perdido sus hogares, comercios y empresas y alrededor de 200.000 vehículos. Frente a esta situación, se hace necesario un plan de emergencia que no solo ayude a los damnificados a recuperar su vida diaria, sino que también impulse la economía y genere riqueza en una región clave de España. Mi propuesta es clara: que el Gobierno de España negocie un pacto con Ford Almussafes para ofrecer un coche a cada damnificado por la DANA. Una empresa alrededor de la cual dependen decenas de empresas y miles de trabajadores y que se ven muy afectadas por
en la factoría ubicada en el municipio de la comarca de La Ribera Baixa.
Un plan que llega directamente a los afectados
La principal ventaja de este plan es su inmediatez, como me comentaba Toni Montoliu recientemente. La falta de medios de transporte se ha convertido en uno de los principales problemas para los afectados por las tormentas. Los vehículos, que para muchos eran esenciales para acudir al trabajo, llevar a los niños al colegio o realizar las compras diarias, han quedado inutilizados por las inundaciones. Mientras que los trámites burocráticos para acceder a ayudas, y la compra de nuevos coches pueden llevar semanas, incluso meses, esta medida permitiría dar una respuesta directa y rápida a las necesidades de los afectados.
En lugar de tener que esperar interminables plazos para obtener un resarcimiento económico, el Gobierno podría organizar una colaboración con Ford Almussafes, la planta más grande de producción de vehículos de España, para distribuir automóviles nuevos a las familias damnificadas. Ford Almussafes cuenta con la capacidad y experiencia suficiente para abastecer rápidamente a un número considerable de personas, lo que facilitaría que los afectados puedan continuar con su vida diaria sin mayores interrupciones. No se trata solo de un gesto simbólico, sino de una acción concreta y eficiente. Hagan un nodelo especial y añadan el nombre DANA como recuerdo histórico.
Impulso a la economía local y la creación de empleo
Ford Almussafes, uno de los motores de la economía de la Comunitat Valenciana, es una de las fábricas más importantes en la producción de automóviles a nivel nacional e internacional. La colaboración entre el Gobierno y esta planta no solo sería un gesto de solidaridad, sino también un paso importante para fortalecer la economía local. Un pacto de esta magnitud generaría un impacto directo en la zona, ya que la fabricación de coches no solo depende de la propia planta, sino también de una red de empresas proveedoras que abastecen componentes y materiales.
El acuerdo permitiría a Ford y a las empresas auxiliares aumentar la producción de vehículos, lo que, a su vez, generaría más empleo y fortalecería la industria automotriz valenciana. La reactivación de la producción beneficiaría a miles de trabajadores en el territorio valenciano en general y la comarca de La Ribera Baixa y La Ribera Alta, en particular, -esta última muy afectada también por los efectos de la DANA-, desde los operarios de la planta hasta los profesionales que trabajan en los talleres y proveedores de piezas. Es una forma de transformar una crisis en una oportunidad para el empleo y el crecimiento económico, generando riqueza en la comunidad mientras se atiende una necesidad urgente.
Agilidad y eficiencia en la entrega
Otro aspecto clave es la eficiencia que se ganaría al realizar esta propuesta. En situaciones de emergencia, las soluciones lentas pueden resultar contraproducentes y generar una sensación de desamparo en los afectados. Los trámites para acceder a ayudas o la compra de vehículos nuevos suelen ser tediosos y retrasados. Sin embargo, con un acuerdo entre el Gobierno y Ford Almussafes, la entrega de coches sería directa y ágil, sin la burocracia que suele acompañar a los procesos tradicionales de ayuda.
En lugar de enfrentar largas listas de espera para recibir una indemnización que, en muchos casos, no cubriría ni de lejos el coste de un vehículo nuevo, los damnificados tendrían acceso inmediato a un coche nuevo, evitando la incertidumbre y la frustración que conlleva el tener que esperar en un proceso burocrático. De este modo, se ofrecería una respuesta rápida y eficiente, garantizando que los afectados puedan reincorporarse a sus actividades cotidianas cuanto antes. De paso se olvidarían de la burocracia, de recibir migajas y de tener que buscar vehículo a coste muy superior a las ayudas.
Una medida que genera un impacto positivo a todos los niveles
Este plan no solo beneficiaría a las personas que han sufrido la DANA, sino que también tendría un impacto positivo a nivel social y económico. La distribución de vehículos nuevos fomentaría el consumo local, reactivando la economía valenciana de forma inmediata. Además, se generaría una imagen positiva de las instituciones, al demostrar que el Gobierno es capaz de actuar con celeridad y eficacia ante situaciones de emergencia.
Por otro lado, el apoyo a Ford Almussafes reforzaría el sector industrial español y pondría de manifiesto la capacidad de nuestra industria para hacer frente a retos complejos y responder a las necesidades de la sociedad. Este tipo de colaboración público-privada no solo ayuda a resolver problemas inmediatos, sino que también abre la puerta a nuevos modelos de cooperación en el futuro.
Conclusión
Es hora de que el Gobierno de España considere un pacto con Ford Almussafes para ofrecer a cada damnificado por la DANA un coche nuevo. Esta medida tiene el potencial de transformar la tragedia en una oportunidad de crecimiento económico, creando empleo, generando riqueza en la región y ofreciendo a los afectados una solución directa, ágil y eficiente. Es una propuesta que beneficia a todos: a los afectados, a la economía local, y a la industria española en general. Es una oportunidad que no podemos dejar pasar.