Un instante durante la entrevista. -EFE-Ana EscobarLa productora de cine de la premiada pelÃcula 'Alcarrà s', entre otras, y Premio Nacional de CinematografÃa 2024, MarÃa Zamora (Valencia, 1976), desvela en una entrevista veraniega con EFE hasta dónde serÃa capaz de viajar, de qué plato está orgullosa y qué le pasó en Sicilia para ser lo que es ahora.
Soy bastante dejada. Por las mañanas, después de la ducha, me lavo la cara y me pongo crema protectora y a menudo me pongo máscara de pestañas y brillo de labios, pero nada más, y por la noches, intento limpiarme la cara y me pongo algún sérum y una crema más hidratante.
Me gustaba cocinar, me relajaba, y durante mucho tiempo he sido la que más cocinaba en casa, pero en la pandemia, no sé por qué, pero cogà tirria a las cosas caseras y de pronto, Enrique (su marido) tenÃa más tiempo libre y cambiamos los roles. Yo tenÃa mucho curro y me vino genial. Se convirtió en el gallego que mejores paellas valencianas hacÃa y yo hago lo que se me da muy bien, como la tortilla de patatas.
No, para nada. Con 13 años decÃan que era buena porque soy zurda y tenÃa potencia, pero fue a posteriori cuando mis padres me dijeron que los entrenadores me habÃan valorado pero que a ellos no les hacÃa mucha gracia, y nunca me lo planteé como algo real.
El deporte no es una cosa que me haga feliz. Lo hago por salud, porque es conveniente. Me encanta verlo, tenis, fútbol o baloncesto, pero no practicarlo.
Nunca he sido muy de bodas. En la pandemia ya tenÃamos dos hijos, pero ni nos habÃamos casado, ni nos habÃamos registrado como pareja de hecho, y pensamos que debÃamos solucionarlo por su futuro. Nos fuimos al notario y de golpe nos casamos e hicimos testamento. Fue megapráctico. A mi hijo nos lo llevamos y le dijimos que nos casábamos, y cuando vio a un señor leyendo preguntó dónde estaba la boda y dijo que le habÃamos engañado y estaba indignadÃsimo. Ya haremos algo porque somos muy de celebrar, como hicimos con los veinte años juntos.
He viajado mucho de mochilera en mis 20, a Vietnam, Marruecos, por Latinoamérica, Chile o Brasil. Eran viajes largos con amigos pero eso se acabó en cuanto tuve hijos, salvo los viajes vacacionales a la playa o la montaña. Tengo una cuenta pendiente con Japón para conocer bien su cultura y quiero ir con mi marido, y también hemos pensado ir con los niños dos semanas a Australia o Nueva Zelanda.
Sicilia simboliza la mezcla de culturas. VenÃa de un entorno cultural cero y por primera vez estaba con gente de muchos paÃses y con disciplinas muy distintas, y se me abrió un mundo; mis inquietudes que yo tenÃa adjudicadas como hobbies empezaron a crecer como una realidad potencial para mi vida profesional y a partir de ahà empecé a plantearme lo del cine.
Acabé la carrera de ADE pero con el objetivo de irme a esa dirección. En los dos últimos años de carrera todas las asignaturas de libre elección fueron de Comunicación Audiovisual y luego hice un máster de Gestión en la producción del audiovisual.
Tengo la virtud de ser muy perseverante y constante, y eso es importante para un productor de cine porque no todo el mundo tiene la capacidad y la paciencia de ver a largo plazo.
Defectos tengo mogollón -impuntual, desorganizada en casa- pero lo que más me ha bloqueado tiene que ver con anticiparme a posibles escenarios negativos, que no deja de ser miedo, soy muy 'patidora' (sufridora) pero confÃo en que eso se puede cambiar y creo que estoy en el buen camino, me estoy relajando más.
Un montón, pero me gustarÃa mucho producir a Lois Patiño, el director de 'Costa da Morte'.
Estamos tan descreÃdos con la polÃtica que tenemos la sensación de que no nos cambia la vida. Sin embargo, cuando el pueblo se une se pueden hacer grandÃsimas cosas. Me gustarÃa producir alguna pelÃcula que hablara del poder que realmente tiene la gente cuando se une.
Es una cosa poco probable, pero ¿por qué no? Aunque creo que me harÃa más ilusión ganar una Palma en el Festival de Cannes.
