La paella sigue ganando proyección allí en Estados Unidos donde la labor divulgativa realizada por personas como el chef José Andrés ha dado una especial proyección internacional al plato estrella de la gastronomía de la Comunitat Valenciana.
La mejor forma de ver este cambio es, quizás, lo que ha pasado en la veterana serie Los Simpsons. En 1997 la paella apareció en un episodio en el que la familia Simpson acude a un estadio de fútbol a ver un México-Portugal que no puede aburrirles más, allí Bart pide una paella a un "paellero" cargado con una marmita de arroz caliente le sirve un cuenco un arroz viscoso que lanza a la grada igual que hacían los antiguos vendedores de cacahuetes de los partidos de beisbol; 25 años después la temporada 34 de la serie (recién estrenada en España este 2023) se abre con varios sketchs dedicados a Homer cocinando su arroz en una paella plana y con dos asas más que correcta para ser dibujada.
Sin embargo el conocimiento de los guionistas se nota que no es completo, ya que no sólo la paella de Homer es más un arroz con cosas que el manjar valenciano sino que los guionistas la alaban poniendo en boca del actor secundario Mel la frase: "quiero darle gracias a Homer por tan extraordinaria Paella, mi boca juraría que está en Barcelona".
Si se lo están preguntando la frase no es un invento de los dobladores españoles, de hecho es la frase literal que dice el original en inglés donde incluso el actor secundario Mel remarca la ce cuando pronuncia Barcelona, lo que es una referencia una mofa común en Estados Unidos hacia los turistas yanquis que vuelven de Europa pronunciado Barcelona como lo pronuncian los españoles en lugar de como se pronuncia en Latinoamérica,
En defensa de los traductores hay que decir que quizás quisieron preservar el plato valenciano del chiste final del capítulo en el que Homer, en una parodia de la red social Tik Tok, graba un vídeo vertical explicando como hace su paella y revindicando el chorizo fresco que le echa "de cerdos escolarizados en casa". Una receta, todo hay que decirlo, no usada en España pero más cercana a lo que puede encontrarse en las trampas para turistas que se instalan en Las Ramblas de la capital catalana.