Si por algo se caracterizan las PYMES y las empresas en general, al menos en la actualidad, es por la búsqueda constante de mejoras que les permitan competir con ventajas en un mercado que se hace cada vez más eficiente a nivel global.
A pesar de que pareciera ser un anhelo de cosas imposibles, sí es posible alcanzar nuevos niveles de productividad, de eficiencia y competitividad, sobre todo con la implementación de un sistema erp. Esté en marcha la empresa o no, es una inversión que casi siempre rendirá desde el primer momento en que comience a gobernar los procesos internos de una organización.
Un software ERP es una herramienta diseñada para integrar y automatizar los procesos clave de una organización. Estos procesos clave pudieran ser la gestión de inventario y finanzas, o bien la producción y recursos humanos.
Lo que busca un ERP es proporcionar una visión unificada de todas las operaciones de una empresa, para así mejorar su eficiencia, tomar decisiones más informadas y crecer de manera más sostenible.
Las empresas actuales deben ser eficientes. Más que por cumplir una norma, por el simple hecho de competir mejor con empresas que pudieran tener más recursos, más talento o mejores procesos internos. La eficiencia, acompañada de la automatización de procesos y la erradicación del error humano, son algunas de las mejoras características de un ERP.
En tal sentido, uno de los principales beneficios de un ERP es la automatización de tareas repetitivas y manuales. Esto se traduce en una reducción significativa del tiempo y los recursos necesarios para llevar a cabo estas actividades.
Además de eso, mejora en:
Gestión del inventario: un ERP optimiza el control de stock, evitando faltantes o excesos de inventario y reduciendo los costes asociados.
Facturación y contabilidad: la automatización de la facturación y la generación de informes financieros facilita el cumplimiento de las obligaciones fiscales y mejora la precisión de los datos contables.
Gestión de la cadena de suministro: un ERP permite a las PYME gestionar de manera más eficiente su cadena de suministro, desde la adquisición de materias primas hasta la entrega de productos al cliente final.
La subjetividad puede ser un problema en la toma de decisiones, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas, donde el talento humano y buen ojo de sus directivos rigen muchas decisiones. Sin embargo, con un ERP los resultados pueden ser mejores.
Al centralizar la información en una única plataforma, un ERP proporciona a los directivos una visión completa y actualizada del negocio. Esto les permite tomar decisiones más informadas y basadas en datos.
Análisis de datos: los ERP ofrecen herramientas de análisis de datos que permiten identificar tendencias, oportunidades de mejora y posibles riesgos.
Informes personalizados: gracias a los informes personalizados, los directivos pueden monitorear el desempeño de la empresa y evaluar el impacto de las decisiones tomadas.
Mayor productividad: al optimizar los procesos y facilitar la toma de decisiones, los ERP contribuyen a aumentar la productividad de la empresa.
Ya no hace falta implementar un ERP en servidores locales de las empresas, lo cual hasta hace poco hacía que solo fueran viables para grandes organizaciones. Por eso, hoy los mejores ERP para pymes se distinguen por una implementación en la nube, lo cual ayuda también a la escalabilidad.
La nube ha revolucionado la forma en que las empresas utilizan los ERP. Al acceder al software a través de internet, las PYME pueden disfrutar de una serie de ventajas:
Escalabilidad: los ERP en la nube se adaptan fácilmente al crecimiento de la empresa, sin la necesidad de realizar grandes inversiones en hardware o software.
Accesibilidad: los usuarios pueden acceder al ERP desde cualquier dispositivo con conexión a internet, lo que facilita el trabajo en equipo y la colaboración.
Costes reducidos: los modelos de suscripción en la nube permiten a las PYME pagar solo por lo que utilizan, reduciendo significativamente los costes iniciales.
