El PP acelera sus plazos. Comienza la cuenta atrás para celebrar los congresos del PP valenciano, claves para volver a recuperar el poder institucional. Antes de agosto se prevén los cónclaves provinciales de Alicante y Valencia y en la capital valenciana. El lunes se convocarán oficialmente y serán previsiblemente después de las elecciones autonómicas gallegas del 12 de julio. En Alicante, la alianza entre el presidente de la Diputación, Carlos Mazón y el alcalde, Luis Barcala, llevará al primero a la presidencia provincial y podría convertirse en el nuevo Eduardo Zaplana si posteriormente da el salto al congreso regional para sustituir a Isabel Bonig. La reconstrucción del partido volvería a comenzar en el Sur.
Para que eso fuera posible, se necesita un aliado en la provincia de Valencia. En ésta, hay tantos precandidatos como setas, con algunos que ya han anunciado que darán el paso como el ex diputado Juanvi Pérez -con el apoyo de ex dirigentes como Pedro Agramunt, Paco Camps o Lorenzo Agustí, ex alcalde de Paterna-; el senador Fernando de Rosa, que ha multiplicado sus actos públicos en las últimas semanas; o Vicente Mompó, alcalde de Gavarda, con 38 años y 2 hijos, quien cuenta con el apoyo del diputado nacional, Vicente Betoret, así como buena parte de los cuadros locales y comarcales. Otros nombres, con menos opciones, también se lo piensan o son promocionados, como Javier Montero (Luis Santamaría), Elena Bastidas y Paz Carceller (Isabel Bonig) o Modesto Martínez.
Fuentes del PP de distintos sectores y postulantes han señalado a El Periódico de Aquí que la estrategia de Madrid pasa por recomponer un partido, cuyo liderazgo vuelva a ejecutarse desde el Sur de la provincia de Alicante. ''Lo que todos tenemos claro es que el partido está desnortado, falta músculo y una línea clara. Ilusión y liderazgo. No hay un solo culpable, pero era una necesidad perentoria hacer ya los congresos provinciales para seguir renovando después el partido en municipios y comarcas'', señala un veterano dirigente.
Mención aparte merece la ciudad de València, donde María José Catalá será previsiblemente la nueva presidenta local con un equipo que deberá volver a conectar con la sociedad y recuperar a las bases, muy defraudadas tras la debacle electoral de Rita Barberá, su salida del partido por la puerta de atrás, así como la patada a quien fuera presidente de la gestora, Luis Santamaría, para acomodar a la ex alcaldesa de Torrent. No se descarta que Catalá tenga aspiraciones que superen la capital valenciana. Cuenta con el apoyo de los democristianos.
El PP valenciano se juega su futuro de la próxima década, después de perder prácticamente todo el poder local en la Comunitat Valenciana, con contadas excepciones en las provincias de Catellón y Valencia. En Alicante el partido ha resistido mucho mejor, por lo que se espera que la reconstrucción vuelva a producirse desde el Sur.