La tragedia se ha cebado con la provincia de Valencia y otras partes de la Comunidad Valenciana y España, pero especialmente en la comarca de l'Horta Sud, junto a la ciudad de Valencia, y las de La Plana de Utiel-Requena, la Hoya de Buñol-Chiva y la Ribera, especialmente, aunque también en Vilamarxant, Riba-roja del Túria y Loriguilla en el Camp de Túria. No hay palabras para definir la magnitud del drama, comenzando con lo más importante: las pérdidas de vidas humanas, irreparables, cuyo balance final va a ser terrorífico. Y a continuación los daños materiales en viviendas, comercios y vehículos, por miles y miles de damnificados. También los daños en infraestructuras, que todavía no somos conscientes del gravísimo impacto que va a tener durante meses en la vida de millones de valencianos, desde la A7, la V30, la Pista de Silla y otras vías importantísimas para el día a día que han quedado muy dañadas, además de las vías ferroviarias, como el AVE Valencia-Madrid y, especialmente, los cercanías, con varias líneas que tardarán meses en ser puestas en marcha. Un panorama absolutamente desolador y con consecuencias devastadoras sobre la vida y la economía.
Ahora es el momento de la SOLIDARIDAD, en mayúsculas, de administraciones, de empresas, de los ciudadanos. Ayudarnos unos a otros. Que las personas afectadas sean indemnizadas con la mayor urgencia. España y Europa deben involucrarse pero con celeridad. Reivindico un plan de choque económico generoso y urgente.
Igualmente, es perentoria la reconstrucción de todas las vías de comunicación gravemente afectadas o directamente arrasadas.
Un abrazo a las personas que han perdido seres queridos, a los damnificados por daños en sus viviendas, empresas y negocios o vehículos de transporte; y un reconocimiento a todas y cada una de las personas que están ayudando de alguna manera, todos los cuerpos y seguridad del Estado, Guardia Civil, Policía Nacional, Policías Locales, UME, Ejército, sanitarios, ambulancias, voluntarios y, naturalmente, a los alcaldes y alcaldesas, concejales y concejalas de los municipios más afectados. En lo que podamos ayudar desde El Periódico de Aquí y yo personalmente, contad con nuestra humilde colaboración.
Y termino con varias reflexiones para el futuro:
- hay que tomarse más en serio las alertas metereológicas y comunicarlas mejor, trasladando a la sociedad la importancia de seguir las indicaciones a rajatabla
- es necesario un gran pacto para mantener limpios ríos, afluentes, barrancos y similares, para minimizar el daño cuando se producen inclemencias metereológicas
- una reflexión seria y concienzuda sobre la necesidad de presas y embalses y también sobre qué infraestructuras tenemos y necesitamos