Con la reaparición estelar de D. FRANCISCO CAMPS, en peregrinaje estos días por los más diversos medios reivindicando y celebrando lógicamente sus múltiples absoluciones tras quince años de infierno judicial y mediático, tan sólo equiparable al Proceso de KAFKA. Casi sin remedio, y tal vez por todo ello, nos viene a la memoria una inquietante pregunta: qué fue sin embargo del señor COTINO...?
Pues como recordarás, estimado lector, y según las últimas noticias sobre el antiguo jefe de la policia española -entre otros muchos cargosque ostentó-, después de una declaración del mismo, en la Audiencia Nacional -y que las malas lenguas tildaron de muy desafortunada- al regresar a Valencia, se dijo que había repentinamente enfermado y del mismo inesperado modo, fallecido. Corría por entonces el fatídico año que no del gato si no de la Covid. Y dadas las más que extraordinarias circunstancias, poco más se supo.
Hoy, en estos deliciosos días previos al cuarenta de mayo, en que nuestro AMADO LÍDER, anda de nuevo más que enamoriscado, perpretando su segunda misiva quijotesca en justa loa y desagravio de su simpar BEGOÑA -no confundir con la Señora Patrona de la Benemérita y por extensión de su Unidad Central Operativa, vulgo UCO- cuando llegan hasta nosotros, otras muy inquietantes noticias acerca de una extraña enfermedad infecciosa que al parecer padece BARRABÉS, el según nos apuntan entrañable compinche de andanzas de ésta también conocida por LA CATEDRÁTICA.
Tanto es así, y según detallan los diarios de la capital, que se ha tenido que habilitar en riguroso aislamiento una sala, o incluso una planta entera, del hospital que alberga al insignie empresario de la nieve.
Todo lo cual nos hace pensar que ello no es más que el protocolo rutinario en estos casos; por más que los insidiosos rumores no cesen en la Villa y Corte, dada la también muy próxima cita
del tal BARRABÉS con el controvertido JUEZ PEINADO.
Bulos y rumores a los que nunca hay que dar ni el más minimo pábulo. Hágame caso y siga mi consejo.