Hay un dicho popular argentino que dice que el mejor negocio es "comprar a alguien por lo que vale y venderlo por lo que cree que vale". Es curioso, como los seres humanos, siendo seres racionales, nos dejamos influir fácilmente por multitud de sesgos: "donde va la gente donde va Vicente" (comportamiento de manada), "lo que desea cada hombre es lo primero que cree" (autoengaño), y así hasta 180 sesgos sin piedad (CNMV –Racionaliza tu proceso de inversión). Pero los sesgos darían para más de un capítulo y lo que quiero es que razonemos hoy sobre estas dos palabras, valor y precio, que muchas veces, por culpa de los dichosos sesgos solemos confundir.
Este artículo podría resumirse solo con las dos frases del encabezamiento. Warren Buffet (WF a partir de ahora), conocido como uno de los mejores inversores de la historia reciente, en 2008, insistió en cómo valor y precio no siempre coinciden y estableció una conexión entre PRECIO=LO QUE PAGAS, y VALOR=LO QUE RECIBES. Pero, fíjate que maravilloso fue el Siglo de Oro español, una auténtica incubadora de genios, porque hace ya más de 400 años Francisco de Quevedo dijo que sólo los necios confunden el valor y el precio de las cosas.
Por tanto, el precio es fácil de determinar, como nos dice WF, porque es lo que pagas y por tanto es público y notorio: es lo que se paga por un coche, una casa, una acción (cotización en bolsa), etc...Aquí no va a haber dudas.
En cambio, el valor nos dice WF es lo que RECIBES. Si tomamos el diccionario de la RAE nos habla también de utilidad, para satisfacer necesidades o bienestar, y en el término más económico destaca la cualidad para que te aporte cierta suma de dinero o equivalente. Los jóvenes dirían "vamos, cuanto te renta". ¿Podríamos decir que al final el VALOR es la contraparte (contrapartida) de lo que pagaste (EL PRECIO)? Visto desde un punto de vista INVERSOR (cuantificación económica) cuando tu desembolsas y pagas un PRECIO tienes que hacerte las 3 preguntas clave sobre lo que vas a recibir a cambio (VALOR):
1)- ¿Cuánto voy a recibir? Flujos de caja que voy a obtener.
2)- ¿Cuándo lo voy a recibir? El factor tiempo es fundamental. Cuando más cercanos en el tiempo mejor.
3)- ¿Cuán seguro estoy de que los voy a recibir? Probabilidad de ocurrencia.
Ya decía Esopo 550 años a.C. "más vale pájaro en mano que ciento volando" en lo que definía perfectamente lo incierto de toda inversión, y el valor temporal del dinero (preguntas clave 2 y 3 anteriores).
Vale, Jose María, te ha quedado muy bonito, pero ¿cómo se calcula? ¿hay herramientas para poder cuantificar y racionalizar este proceso? Pues claro que las hay, y más en un mundo con mucha información, que por supuesto hay que filtrar correctamente. Hablaremos de algunas de ellas, pero ya en la segunda entrega sobre este capítulo.
Por tanto, es fundamental utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para determinar el valor, puesto que el precio ya lo conocemos, y de este modo podremos comparar ambos y considerar si estamos ante una oportunidad con un "margen de seguridad" o pagando (PRECIO) más de lo que vamos a recibir (VALOR).
También nos dice WF que el valor de un activo es el precio que debería tener, y para conocerlo ahí está el verdadero trabajo de un buen analista. Y sigue diciéndonos, que si las acciones de una empresa cotizan por debajo de su valor nominal (valor en libros, valor contable) podría darnos una indicación de que está barata, siempre y cuando sea debido a un mal momento de mercado en el que hay un castigo indiscriminado e injustificado. Esto nos recuerda la famosa frase de Benjamin Graham: "el inversor inteligente es un realista que vende a optimistas y compra a pesimistas". Sr. Quevedo, ¿es posible que, 400 años después siga habiendo muchos "necios que confunden valor y precio"? Decía Newton en su experiencia como inversor que podía calcular los movimientos de los cuerpos celestiales, pero no predecir la locura de la gente.
Esa "necedad" y "locura" de la gente, consustancial al ser humano, y que se repite una y otra vez, es la que provoca momentos de oportunidad que debe saber aprovechar un inversor racional e inteligente. No confunda valor y precio, querido lector.