Javier Arroyo. EPDA
“Nos enfrentamos
a proyectos de seiscientas universidades de todo el mundo. Y aun así nuestro
prototipo se clasificó entre los veinticinco mejores. En la presentación, que
tuvo lugar en Los Ángeles, nuestro trabajo se situó en la décima posición junto
con equipos de universidades europeas, asiáticas y americanas de enorme
prestigio. Fue un sueño poder medirnos con los mejores del mundo”, cuenta con locuacidad
Javier Arroyo, quien actualmente termina su último año de Ingeniería Química en
la UPV.
Todo comenzó aproximadamente
hace tres años cuando el dueño de Tesla y
Space X, el magnate e inventor Elon
Musk, lanzó una competición mundial universitaria para desarrollar un nuevo
medio de transporte que ideó con su equipo de ingenieros y denominó Hyperloop. Con este propósito quiso
involucrar a toda la comunidad científica, y sobre todo a los más jóvenes, para
reinventar el transporte de pasajeros. “Si nos damos cuenta, en los últimos
años han cambiado muchas cosas de nuestro entorno. Ha habido una revolución
tecnológica sin precedentes, y sin embargo, los medios de transporte no se han
visto afectados por esta revolución”, explica Arroyo. Hyperloop quiere cambiar el concepto espacio-tiempo. Viajar de
Valencia a Madrid en tan solo media hora será posible, con la cómoda ventaja de tener la estación de trenes en
el centro de cada ciudad a diferencia de los aeropuertos. Pero para que esto
ocurra aún faltan años de trabajo. Quizá una década.
Arroyo, con tan
solo veintidós años, lleva más de doce meses
implicado en el proyecto y unos meses liderando el equipo valenciano integrado
por treinta y cinco personas en el que participan investigadores de todas las
áreas de estudio imaginables. “En estos momentos estamos trabajando para
presentarnos a la próxima competición que será el próximo verano en Los Ángeles
de nuevo. Para ello nos han fabricado un tubo de vacío de acero que
replica la pista de ensayo donde se realizarán las pruebas reales con la nueva cápsula
Hyperloop en la que estamos
trabajando y que mostraremos en Estados Unidos el próximo verano. De
este modo tendremos una ventaja competitiva respecto a los otros
participantes”, asegura este estudiante valenciano.
La Universidad
Politécnica de Valencia se ha volcado en el proyecto a través de su programa Generación Espontánea para dar salida a
alumnos que no se conforman solo con estudiar sino que tienen inquietudes por
poner a prueba sus habilidades y conocimientos. “Este proyecto es espectacular porque tienes
que tener una visión integral del mismo. Te tienes que ocupar tanto de los
detalles técnicos y de investigación como de los de la búsqueda de
financiación, promoción y difusión del proyecto, etc. Por lo que la experiencia
es formidable”, aclara Arroyo sintiéndose muy recompensado por capitanear este
proyecto que recaudó 200.000 euros para su último prototipo.
Para dirigir con
éxito este revolucionario proyecto centrado en la ingeniería aeroespacial, hay
que tener una serie de facultades que no son fáciles de adquirir. Sobre esta
cuestión Arroyo lo tiene claro y apela rápidamente a su educación, y no tanto a
la universitaria, sino a la que sentó sus bases y lo forjó como persona y como
profesional. “Haber estudiado en un colegio británico, donde te acostumbras a
desenvolverte en inglés constantemente, y de manera fluida, me ha ayudado mucho
para avanzar en este proyecto”, sostiene Arroyo. “Por otra parte las
habilidades adquiridas en el ámbito de la comunicación para hablar en público y
defender proyectos académicos desde pequeño me han sido muy útiles, así como
trabajar en equipo, y de manera interdisciplinar, que es tan común en el
sistema educativo británico. Por ello, les debo mucho a mis profesores de
Caxton College, a quienes pude saludar y agradecer su compromiso en una charla
que impartí recientemente para los alumnos de Ciencias de Bachillerato”.
La promesa del
tren del futuro pasa por Valencia. Un reto que promete ser seguro, eficiente,
limpio y cómodo gracias al trabajo de alumnos que, como Javier Arroyo, se
implican y quieren ser protagonistas principales de las revoluciones que van a modificar
el mundo tal como lo conocemos hoy.
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