Dos alumnas en uno de los cursos de inglés de Caxton College de Puçol. EPDA
Sobre esta cuestión el reconocido filósofo y profesor de la
universidad de Cambridge, Ludwig Wittgenstein, estuvo muy acertado al asegurar que
"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo." Actualmente,
esta sugestiva cita tiene una vigencia absoluta en una sociedad globalizada y culturalmente
mestiza como la nuestra. Parece indiscutible que el aprendizaje de un segundo
idioma ofrece nuevas ventanas para enfrentarnos al mundo. Si además ese idioma
es el inglés, la oportunidad que se abre en nuestro horizonte inmediato es ilimitada.
El aprendizaje de la lengua de Shakespeare, actualmente la
más hablada del planeta, claramente ayuda a que los jóvenes, y también el resto
de la población, amplíe sus opciones profesionales, cada vez más deslocalizadas
territorialmente. Así mismo, hay que tener en cuenta que la comunidad
internacional académica, tecnológica y científica divulga sus ideas en este
mismo idioma. De igual forma, son muchos los medios de comunicación
especializados de prestigio que solo publican en inglés, por lo que el acceso a
una información influyente queda reducido a quienes se desenvuelven con
facilidad en este idioma. Otra importante razón es que pueden acceder a una educación internacional sin limitar sus
aspiraciones laborales futuras.
Sin embargo, nunca es tarde para aprenderlo. Bien es cierto
que en edades tempranas el aprendizaje es más rápido que en edades adultas porque,
si se establece una buena dinámica pedagógica, en poco tiempo tendrán un
dominio del idioma asegurado. Está comprobado que con el estudio de idiomas,
sobre todo en los más pequeños, se produce un efecto positivo sobre el crecimiento
intelectual, así como un enriquecimiento del desarrollo mental, lingüístico y
emocional.
Pero para que esto ocurra el método de estudio debe ser
apropiado. No sirve cualquier planteamiento. Y es que
es muy importante entender que la lengua es un acto de comunicación y no solo un
conocimiento de la sintaxis. Sobre este tema Jean Cocteau nos regala una frase
muy elocuente: “Escribir es un acto de amor, si no lo tienes, tan solo te quedan
palabras”. Con el aprendizaje de una lengua pasa lo mismo. Un alumno puede conocer
palabras y estructuras gramaticales, pero, quizá, tenga problemas para
comunicarse en ese mismo idioma porque no lo siente, ni lo vive en términos
sociales. Por ello es importante elegir un espacio educativo donde pueda, no
solo encontrar un camino lingüístico sino que, sobre todo, se pueda cargar de experiencias culturales nativas, de estilos de
vida, de diferentes formas de pensar, de conversaciones y de una voz nativa que
le dé seguridad y confianza.
Un entorno académico que guarda estas propiedades es Caxton
College ya que, tras treinta años de trayectoria educativa, atesora la excelencia
de un colegio británico. Ese conocimiento y esa experiencia pedagógica diaria
se ponen al servicio, todos los sábados, de aquellas personas que quieren
exponerse al estudio del inglés desde una perspectiva comunicadora, emocional y
creativa.
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