José
Esquinas, uno de los mayores expertos del mundo en agricultura y
alimentación sostenibles y éticas, ha explicado esta mañana en la
Escola
Tècnica Superior d’Enginyeria Agronòmica i del Medi Natural
(ETSEAMN), perteneciente
a la Universitat Politècnica de València (UPV),
que el problema del hambre en el mundo no es la producción de
alimentos sino el acceso de la población a ellos.
Esquinas
ha ofrecido la conferencia Hacia
un Sistema Agro-alimentario Sostenible y Ética,
con motivo de la festividad de San Isidro. El acto ha sido presentado
por Gabriel García, subdirector de la ETSEAMN; y el profesor Raúl
Compés, profesor de la Escuela e impulsor de esta iniciativa.
José
Esquinas es Ingeniero Agrónomo por la Universidad Politécnica de
Madrid, Máster en Horticultura y Doctor en Genética por la
Universidad de California. Tras 30 años en la FAO, Esquinas ha
viajado por más de 100 países, lo que le ha hecho descubrir que
“no somos el ombligo del mundo. Hay muchos tipos de agricultura,
incluso hay tipos de agricultura que no conocemos. Desde la
universidad debemos dar respuestas para una agricultura sostenible y
ética”.
Esquinas
ha explicado que “la diversidad es esencial. La agricultura debe
ser compatible con distintos modelos que deben convivir en libertad y
recoger los frutos de todos los sistemas agroalimentarios. La
eficiencia de un sistema es que lo que se produce llegue a la boca
del que consume. Además, la agricultura debe ser sostenible para
mantener los recursos naturales en los que se basa y ha de ser
ética”.
El
ingeniero ha destacado que “un sistema que produce el doble de lo
que necesita la sociedad para alimentarse, mientras que 40.000
personas mueren cada día a consecuencia del hambre y la
malnutrición, no es sostenible ni ético. No se trata de producir
más sino de producir lo que se va a consumir”.
También
ha destacado que “el problema del hambre en el mundo es la mayor
tragedia de la humanidad y, sin embargo, tiene solución. El hambre y
la pobreza es la mayor amenaza para la paz mundial”.
En
este sentido, Esquinas ha explicado que “800.000.000 de personas en
el mundo pasan hambre, 17 millones mueren al año por hambre y
pobreza, y 40.000 personas mueren cada día por hambre y pobreza.
Cada dos segundos mueren dos personas como consecuencia del hambre en
el mundo. A la vez, el mundo gasta en armamento 4.000 millones de
dólares al año. Con el 2,5% de lo que se gasta en armamento,
acabaríamos con el hambre en el mundo”.
Otras
cifras que ha aportado han desvelado que “el 2% de lo que se ha
gastado en Occidente para salvar a la banca, bastaría para acabar
con el hambre de la tierra. Entonces, ¿por qué la FAO no ha acabado
con el hambre? Porque las decisiones no las toman los foros como FAO
o la ONU, sino que las toman los países”.
Esquinas
ha proseguido explicando que “el problema del hambre es que no es
contagiosa. El número de obesos duplica el de muertes por hambre.
Producimos un 60% más de los alimentos de lo que necesitamos, por lo
que el problema no es la producción sino el acceso al alimento, como
ya he comentado. Hay que producir más a nivel local, hay que ir
hacia la soberanía alimentaria”.
Esquinas
ha asegurado que “el hambre es un problema de seguridad mundial
porque provoca desasosiego social. En 2009 el G7 y el G20 introducen
en sus agendas el tema de la seguridad alimentaria ya pasa a ser un
tema político. La base de esto es que estamos en un planeta finito,
globalizado, con recursos finitos, que está en peligro”.
Posibles
soluciones
Como
posibles soluciones, Esquinas apunta “reajustar la producción.
Producir menos donde no se necesita y más, donde se necesita. La
agricultura es transformar los recursos naturales en alimentos. Los
recursos naturales son limitados y perecederos, y se están
produciendo dos fenómenos: destrucción y contaminación de parte de
los recursos y por otra parte, la apropiación de parte de los
recursos”.
Además,
ha comentado que “al año, 7 millones de hectáreas se aridifican y
unas 12 millones de hectáreas al año se destruyen. Según FAO, en
el siglo XX se ha perdido el 93% de la diversidad bilógica que
existía a principios del siglo. Por lo tanto, hay que respetar los
recursos que nos ofrece la tierra”.
Del
informe de la FAO, resumido en la Declaración de Córdoba de 2010,
se desprende dos conclusiones, que ha explicado Esquinas: “Hay que
ir a la producción local y no hay soluciones únicas porque cada
país tiene unas condiciones políticas, climatológicas…
diferentes”.
Sobre
ello, se plantean conclusiones como la promoción de la soberanía
alimentaria, es decir, la capacidad de cada pueblo de alimentarse;
impulsar la agricultura familiar y del pequeño agricultor; dar el
valor que se merece a los cultivos no comerciales que se están
infravalorando hoy en día, como la quinoa, que era un cultivo
sagrado que representaba una cultura y se perdió al sustituirla por
trigo, y ahora se está recuperando; la inversión en agricultura
reduce el hambre más que la inversión en cualquier otro sector.
Esquinas
defiende la creación de la figura del Defensor de la Generaciones
Futuras, que debería recoger la Constitución Española con el
objetivo de defender los recursos naturales para que puedan llegar a
las generaciones futuras.
Finalmente,
Esquinas ha asegurado que “la ética es la que nos marca la
dirección en la que debemos avanzar, ya que la tecnología nos
permite hacer cosas impensables con los recursos naturales, pero lo
importante no es lo que podemos hacer, sino lo que debemos hacer. Sin
responsabilidad seguirá habiendo hambre y no evolucionaremos”.
¿Qué
podemos hacer nosotros?
Bajo
el lema Piensa
globalmente y actúa localmente,
Esquinas ha comentado que “En España, 7,7 millones de toneladas
métricas al año de alimentos se tiran a la basura, y eso depende de
nosotros. Podemos comprar sólo lo que necesitamos. Esto sí que está
en nuestras manos”.
También
ha recomendado “actuar de manera global con acciones como
informarnos a través de internet, asociarnos con grupos que pueden
estar al otro lado del mundo, con ideales como los nuestros de
sostenibilidad y ética. La unidad debe estar basada en la
diversidad”.
Esquinas
ha pedido a los estudiantes que actúen de manera responsable cuando
ya sean ingenieros, desde sus profesiones, con su sentido de la ética
para asegurarse de que el mundo el sostenible y ético. También ha
recomendado colaborar con las ONG.
Como
conclusión, Esquinas ha recomendado “convertir el carro de la
compra en un carro de combate sin violencia, si queremos salvar a la
población”.
José
Esquinas es uno de los mayores expertos del mundo en agricultura y
alimentación sostenibles y éticas. Ha trabajado durante más de 30
años en la FAO en temas de recursos genéticos, biodiversidad
agrícola, cooperación internacional y ética para la agricultura y
la alimentación. Además, es director de la Cátedra de Estudios
para el Hombre y la Pobreza de la Universidad de Córdoba, recibió
el premio FAO 2012 a la Trayectoria Personal, es uno de los
responsables de la firma del Compromiso Internacional de Recursos
Genéticos que tuvo lugar en 1983, y en 2001 formó parte de la firma
del Tratado Internacional sobre Recursos Filogenéticos para la
Alimentación y la Agricultura.
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