La
ASOCIACION DE DEFENSA ANIMAL ARCADYS en nombre propio y en el de : ASOCIACIÓN
COLONIAS FELINAS DE SAGUNTO Y CANET, EL ALBERGUE DE SAM (Paterna Cati ) y SOS
ANIMALES SAGUNTO , ante el eco que ha tenido en los medios de comunicación la
muerte de una mujer en Turís, al parecer provocada por la mordedura de un gato,
queremos alertar a la población frente a las fáciles provocaciones gato fóbicas,
que aprovechan un lamentable hecho como ese para alimentar su odio hacia los
felinos y propagarlo hacia el resto de la población. Informaciones de hechos
semejantes, fácilmente manipulables, crean una alarma social infundada sobre
transmisión de enfermedades por los felinos y sirven a algunos para trasladar
la culpabilidad hacia las personas que cuidan de los gatos, para hacerlas
sentirse desprotegidas y acosadas.
Un
hecho aislado como el ocurrido en Turis, más presuntamente producto de la
propia negligencia de la persona mordida por un gato que de esa circunstancia
en sí. Como ahora nos alertan los expertos veterinarios, ante la mordedura de
un animal, el mejor antídoto es ponerse en manos de la medicina lo antes
posible. Y es bien conocido que los gatos son seres muy pacíficos que solo
afilan sus uñas cuando se sienten amenazados.
Muchos han conocido por el hecho luctuoso de Turís que existen
colonias de gatos en la ciudad. Aprovechemos ese incidente como una oportunidad
para trabajar con más ahínco si cabe en favor de esos animales urbanos que necesitan de nuestra ayuda y protección, y no para
ponerlos en cuarentena como si de enemigos públicos se tratara.
Este
lamentable accidente, al que tanta trascendencia se está dando a nivel mediático, debe servir para
concienciarnos de que, efectivamente, hay muchas colonias de gatos en la ciudad
que están necesitadas de ayuda y protección; colonias de gatos resultado de
abandonos endémicos en nuestra sociedad. Los gatos que viven en colonias en la
ciudad, forman parte del ecosistema urbano desde muchas generaciones atrás y
debemos considerarlos patrimonio de todos, mereciendo nuestro respeto y consideración, a partir de su catalogación por
el Tratado de Ámsterdam de seres sensibles con capacidad de sufrir y sentir.
Y
que nadie piense que los gatos van por ahí mordiendo a la gente. Quién así lo
crea, desde luego, no conoce el comportamiento felino. Los gatos de la calle
son víctimas de una sociedad que los ha abandonado a su suerte y se enfrentan a
diario a numerosos peligros y al fanatismo anti felino de algunos, que quizás desearían
verlos desaparecer , olvidando el importante servicio que realizan la Salud Pública , como controladores
eficientes de los roedores. Basta recordar que en la Edad Media la desaparición
de los gatos en Europa por razones religiosas y supercherías, causó la muerte a
mas de seis millones de personas por la trasmisión de la peste negra que las
ratas introdujeron.
A
tenor de lo dicho, los Ayuntamientos, en colaboración con las asociaciones protectoras
y las muchas voluntari@s que por amor alimentan y cuidan a los mininos, deben implicarse decididamente en el
tratamiento de las colonias de gatos de la calle, planteándoselo como un
servicio más a prestar a la comunidad a la que representan. El servicio que
tradicionalmente han prestado las “perreras” ya no responde a las necesidades y
aspiraciones de la sociedad actual, mucho más concienciada sobre la necesidad
de cuidar y proteger a los animales frente a la barbarie humana. Deben dotar
anualmente en sus presupuestos municipales de una partida para esterilizar,
alimentar y atender sanitariamente a los animales que lo necesiten; acotando en
el término municipal espacios saludables y seguros para los gatos. Los
Ayuntamientos podrían plantearse a nivel comarcal, con la ayuda de las
Diputaciones, la creación de refugios para animales abandonados o enfermos, en
espera de una segunda oportunidad, gestionados en colaboración con las
protectoras de animales.
Desde
el Ayuntamiento de Sagunto ya se ha empezado a trabajar en esa línea. Se ha
creado el Consejo de Bienestar Animal donde debatir, junto con las asociaciones
protectoras de la ciudad, las asociaciones de vecinos y el asesoramiento
veterinario, la mejor manera de atender a los animales de la calle; se ha
dotado una pequeña partida en el presupuesto para esterilizaciones… Y otros
ayuntamientos también han tomado cartas en el asunto al respecto del control
humanitario de las colonias felinas como corresponde a una sociedad del siglo
XXI. Pero queda mucho camino por recorrer.
Hay que promover campañas de concienciación sobre la importancia de las
esterilizaciones, subvencionándolas si cabe para que no quede ningún gato casero o errante casa sin
esterilizar; solo de esa manera se evitarán los continuos abandonos y las
camadas no deseadas que forman parte de esos grupos de gatos de la calle y crear
la figura del “voluntario felino”, con un carnet municipal que lo acredite.
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