Laurence Lemoine Va, reconócelo, sé sincero y admite que cuando has podido hacer esa pregunta a un conocido o amigo extranjero, la hiciste. Y, si no, ha sido porque no te atreviste o a lo mejor porque ¡tenías miedo de su respuesta! Porque pica un poco la curiosidad, ¿no? Saber qué imagen desprendemos, lo que los demás opinan, cómo nos ven, si les caemos bien o mal, si nos ven defectos (¿Ah, sí? ¿Defectos? ¿Y cuáles ?) o virtudes, en fin, eso: lo que opinan los demás de nosotros.
Esa pregunta me la hacen muchas veces los valencianos. Tienen esa curiosidad, que entiendo perfectamente, de querer saber lo que opinan de ellos los ´guiris´. De hecho, ¡me encanta cuando me preguntan ! Según mi humor (y la persona que me hace la pregunta) contesto una cosa u otra. Si hay confianza, como a veces me gusta provocar (si, si soy así, lo siento) contesto que los extranjeros os vemos “catetos, un poco retrasados, mal educados y bastante antipáticos" . Y como lo digo de manera tajante y con mucha seriedad, disfruto viendo la cara de estupefacción de mi interlocutor.
Después lo tranquilizo, se da cuenta de que era broma y ya le cambia la cara. Se ríe y me ruega decirle la verdad. En ese momento, respiro hondo, hago ademán de reflexionar profundamente también, miro a la persona con gravedad (y seriedad incluso, porque impresiona aún más) y le digo lo que nosotros los guiris pensamos de verdad (¡de la buena !) de los valencianos.
Y en este momento justo de mi artículo, el lector (si está atento) debe tragar saliva porque parece que ¡por fin va a saber lo que pensamos de vosotros! Porque es una buena pregunta ¿verdad ? Y como tal, se merece una buena respuesta. Pero esa respuesta no es tan fácil porque generalizar, describir con los adjetivos adecuados a un grupo de personas tan heteróclita, reducir a unas escuetas palabras una multitud de gente heterogénea y conceptualizar la esencia misma del “homo valenciens” es complicado, arriesgado e incluso peligroso.
Pero siempre me arriesgo y digo (porque lo pienso ¡claro está!) que lo que más destaca de los valencianos es su carácter alegre, jovial y súper simpático. Y con sólo eso ya es suficiente para hacerse querer. Y mucho. Después, añado que lo que gusta particularmente aquí es ver que sabéis equilibrar ocio y trabajo, diversión y obligación y que tenéis ese puntito especial de ser formal de manera informal. También nos gusta ver vuestro apego a vuestras tradiciones y a vuestras raíces.
Si insistís para que os saquemos una lista de defectos, nos quedamos en blanco, pues no se nos ocurre gran cosa, la verdad. A lo mejor, como máximo, pensamos que os cuesta ser puntual. Dicho eso, como siempre, la mirada o la opinión de cada uno depende de mil cosas como su propia experiencia y de los encuentros que ha tenido o no.
Lo cierto es que, personalmente, al igual que muchísimos guiris afincados aquí, con muchos años de pura vida valenciana, nos ha dado tiempo de estudiar de cerca a los autóctonos y de tenerles mucho, mucho cariño (hasta amor a veces) y respeto.
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